Cuadernos de Política Exterior Argentina (Nueva Época), 142, Julio-Diciembre 2025
ISSN 1852-7213 (edición en línea)
En el último de ellos (UNODC, 2024e), una multiplicidad de los puntos centrales del
informe
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están íntimamente ligados con dicha problemática, como los riesgos de las nuevas
drogas sintéticas
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(p. 24-25) y al crecimiento de los mercados de ketamina en nuevas áreas
geográficas
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(p. 32-33).
Más allá de la expansión del consumo y la diversificación de las sustancias, resulta
crucial atender también a cómo se configuran las formas de uso entre la población. Se debe
tener en cuenta que los patrones de consumo, además de ser dinámicos, presentan una amplia
segmentación (Bergman, 2016). Al respecto, es fundamental distinguir entre usos
problemáticos y recreativos
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, por su incidencia directa en el comportamiento de la demanda.
Esta última tiende a ser inelástica en contextos de dependencia, fenómeno que resulta
particularmente evidente en el caso de los opioides (Rhodes et al, 2001; Olmstead et al, 2015),
donde los usuarios mantienen niveles estables de consumo incluso frente a aumentos
significativos en el precio, debido a los fuertes mecanismos adictivos que estas sustancias
generan. En cambio, los casos de consumo recreativo suelen presentar una lógica más flexible:
las personas pueden sustituir una droga por otra, modificar la frecuencia de uso, buscar
alternativas más accesibles o incluso suspender temporalmente su consumo (Pacula y
Lundberg, 2014). Esta mayor sensibilidad al precio refleja una demanda más elástica, asociada
a decisiones menos compulsivas y más influenciadas por factores externos como costos y
disponibilidad.
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De menor relevancia para el Cono Sur, al menos en el contexto actual, son otras observaciones asociadas a la
proliferación de NPS, como la emergencia de los nitazenos (UNODC, 2024e, p. 34) o la convergencia de los
mercados de captagon y anfetaminas (UNODC, 2024e, p. 30).
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Como se señala el informe de la UNODC (2024, p. 24), los riesgos asociados al consumo de drogas sintéticas
son cada vez mayores, debido al desconocimiento de su acción farmacológica y de los daños que pueden provocar,
a la falta de acceso a tratamientos, y a las peligrosas mezclas disponibles en los mercados minoristas. Prueba de
ello es el aumento de las sobredosis, principalmente en América del Norte, aunque también en otras regiones.
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Si bien el informe de la UNODC no desarrolla en detalle la situación de la región americana en este aspecto,
uno de los reportes más recientes de la CICAD se ha abocado al floreciente mercado de ketamina y “tuci” en
América Latina y el Caribe. Según datos de dicho organismo, entre 2015 y 2019 las cantidades incautadas de NPS
se habrían quintuplicado, con la ketamina liderando la tendencia. En 2019, la cantidad de ketamina incautada en
la región alcanzó un máximo de 319 kg, siendo Argentina y Chile los países que registraron las mayores cantidades
anuales (CICAD, 2024, p. 20).
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El consumo problemático es aquel que afecta negativamente, de manera ocasional o crónica, uno o más aspectos
de la vida de una persona, tales como su salud física o mental, sus relaciones sociales primarias y secundarias, así
como su vínculo con la ley (Camarotti y Kornblit, 2015). En contraste, el recreativo no implica necesariamente
una relación de dependencia ni deriva en conflictos significativos y suele estar asociado a contextos de
socialización, especialmente entre jóvenes, y se define por su carácter ocasional, controlado y vinculado a la
búsqueda de placer o diversión (Moscoso Paredes y Titto Beltrán, 2015; Junta Nacional de Drogas, 2019).