Cuadernos de Política Exterior Argentina (Nueva Época), 139, Junio 2024, Pág. 202
ISSN 0326-7806 (edición impresa) - ISSN 1852-7213 (edición en línea)
modalidad y escala, el Holocausto, entró `por la ventana`, no por la puerta principal de la
ONU. Si observamos los esfuerzos de construir una institucionalidad multilateral
desarrollados luego de la Segunda Guerra Mundial, los mismos se concentraron en la paz y
seguridad internacionales y en la reconstrucción de una senda de desarrollo. En consecuencia,
los órganos principales dotados del grueso de los recursos humanos y financieros en la Carta
de la ONU fueron, y son hasta hoy, el Consejo de Seguridad (CS) y el Consejo Económico
Social (ECOSOC). Y en paralelo se desplegaron las instituciones de Bretton Woods para
apoyar el financiamiento del desarrollo. La promoción y protección de los derechos humanos
no era considerada en aquella época como uno de los tres pilares institucionales de la ONU,
sino como uno de los temas económico-sociales, por ello se cristalizó institucionalmente en
una simple comisión del ECOSOC, que ni siquiera dependía de la Asamblea General y que
únicamente se reunía cinco semanas al año
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. A pesar de que se trataba del nacimiento de una
nueva rama del derecho internacional absolutamente revolucionaria: el derecho internacional
de los derechos humanos (DIDH), basada en la concepción de que cada persona tiene
derechos universales que deben ser protegidos por la comunidad internacional en su conjunto
más allá de su religión, cultura, raza o nacionalidad. Veamos entonces algunos avances en
perspectiva histórica en cada uno de esos tres pilares que nos señala Kofi Annan.
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Este desbalance institucional entre los tres pilares de la ONU desde el inicio resulta contradictorio con la
importancia de los derechos humanos como concepción a nivel histórico desde el establecimiento de las
Naciones Unidas. La tragedia del Holocausto dio origen a uno de los avances más importantes de la humanidad
desde la Paz de Westfalia de 1648 y la creación del Estado-nación que hoy conocemos. Durante 300 años el
grado de respeto que tenía un soberano de los derechos de aquellas personas bajo su jurisdicción no era un tema
del derecho internacional y de la relación entre los Estados. Inclusive la protección de las minorías al inicio de la
Primera Guerra Mundial, así como el desarrollo mismo del derecho internacional humanitario desde el siglo
XIX, ocurrieron en el contexto de las relaciones y conflictos entre Estados soberanos, que regulaban sus
relaciones en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Esos desarrollos de derecho internacional no tenían a la
protección de las personas como eje. El eje seguían siendo los intereses de los Estados. Pero después de la Shoa
la humanidad dijo nunca más, como lo había hecho con la esclavitud y como lo hizo posteriormente con la
tortura y el colonialismo.