Cuadernos de Política Exterior Argentina (Nueva Época), 138, diciembre 2023, pp. 143-147
ISSN 0326-7806 (edición impresa) - ISSN 1852-7213 (edición en línea)
3. El libro reúne varios capítulos que intentan tipificar el fenómeno del bolsonarismo, buscando
construir conceptos que vayan más allá de los etiquetamientos que pueda recibir en la disputa
política cotidiana. Cuando nos alejamos de las consignas, propias de esa puja, se impone la
necesidad de hallar alguna categoría analítica que nos permita captar los rasgos originales de
este fenómeno. En el libro son varios los intentos por ponerle nombre al bolsonarismo, y eso lo
observamos en el capítulo de Thomas Kestler, que adopta el concepto de “populismo de derecha
radical” inspirado en los aportes de Cass Mudde, y también, en el texto de Andrea Avila
Serrano que opta por caracterizarlo como neofascista, siguiendo a Armando Boito Jr. Esta
misma preocupación reaparece en el capítulo de Dolores Rocca Rivarola y en varios capítulos
más, aunque sin convertirlo en el objeto del escrito como sucede en los dos primeros capítulos
mencionados anteriormente. Esto deja abierta una discusión acerca de la naturaleza política del
bolsonarismo y también reabre un viejo debate acerca de la conveniencia de acuñar nuevos
conceptos o seguir apelando a viejas categorías anteponiéndole el prefijo neo para remarcar su
especificidad histórica y diferencias con el pasado.
4. Otros capítulos indagan el sustrato ideológico de las políticas impulsadas por Bolsonaro. Por
un lado, José Giavedoni analiza los fundamentos neoliberales de la política económica de Paulo
Gueddes y la justificación de la desigualdad como contracara inseparable de aquella, pero las
implicancias de esta concepción anti-igualitaria son retomadas por Mariana Berdondini en un
capítulo que analiza la retórica anti-género y anti-derechos y el giro que se les imprimió a las
políticas en esta materia, echando por tierra muchas conquistas democráticas de los años
anteriores.
Estos elementos ideológicos, presentes en el discurso y en diversas iniciativas gubernamentales
(sostenidas preferentemente por el entorno familiar cercano a Bolsonaro), se mantuvieron en
tensión con el pragmatismo observado en ciertas áreas de gobierno, especialmente entre sectores
militares y responsables de la política económica. Gisela Pereyra Doval y Emilio Ordoñez
analizan esta “convivencia incómoda” dentro del gobierno, pero también reconstruyen el modo
en que esa tensión se manifestó en la política exterior de Brasil, identificando momentos
guiados por la ideología y otros por el pragmatismo. El predominio de uno u otro enfoque –
sostienen ambos autores-, fue variando según el grado de acercamiento a EE.UU. (más estrecho
durante el gobierno de Trump, más distante a partir de Biden), y el nivel de aislamiento
internacional del país.
5. La ingeniosa pregunta que da título al capítulo de Juan Lucca (¿Un Brasil para Bolsonaro o
un Bolsonaro para Brasil?), resulta muy atinada pues la irrupción de este ex capitán del Ejército
en la escena política brasileña “no fue un rayo caído en un cielo sereno”, numerosas señales
presagiaban un fenómeno de este tipo, contando con condiciones sociales y culturales que
abonaban el terreno para su surgimiento.
La aparición y súbito ascenso del bolsonarismo en 2018 y su consolidación como una fuerza
competitiva en las elecciones de 2022, permiten pensar a esta corriente como un guante que
encaja perfectamente con ese Brasil tradicional, militarista, religioso y conservador retratado en
varios capítulos del libro. Pero Brasil también es hoy una sociedad partida en dos, con otra
mitad cosmopolita, plural y abierta a la diversidad de expresiones, que no se siente representada
por Bolsonaro. Él es un exponente fiel y una síntesis simbólica del Brasil profundo –como
Trump lo es del EE.UU. blanco, patriarcal y conservador-, confirmando la obstinada
permanencia de ciertos trazos distintivos de su país.
Hay razones valederas para aceptar esta afinidad entre Brasil y Bolsonaro y reconocer el peso
inercial de un legado que favorece su vigencia, sin embargo, en el ciclo democrático abierto en
1985 hubo experiencias que ensayaron otro rumbo y mostraron otro rostro del país. Vale
recordar por ejemplo, las dos décadas que transcurrieron entre 1995 y 2016 (desde el primer
gobierno de Cardoso al impeachment a Dilma Rousseff), ¿acaso fueron solo un paréntesis
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