Cuadernos de Política Exterior Argentina (Nueva Época), 138, diciembre 2023, pp. 113-129
ISSN 0326-7806 (edición impresa) - ISSN 1852-7213 (edición en línea)
Esta propuesta, no es una adjetivación de la política exterior aislada de un modelo de desarrollo,
sino que se presuponen y se integran mutuamente en un amplio conjunto de políticas públicas.
Asimismo, el planteo conlleva una visión propositiva, puesto que entendemos que solamente
mediante la generación de valor agregado en cada una de las dimensiones internas de nuestro
país enmarcadas en la Interdependencia Hegemónica, es posible construir poder real orientado
al desarrollo inclusivo. Cada dimensión, por lo tanto, se verá acrecentada en tanto se demuestre
que construye niveles de desarrollo, medidos en atributos o indicadores empíricos.
Al diagnóstico del orden cuadrangular, incorporamos los condicionantes internos de esta
política exterior a construir. En relación con estos, mencionaremos los cuatro pilares de la
gobernabilidad y su relación con la política exterior. El primer pilar es la coalición política y
parlamentaria. Esta se consolidará y ampliará en tanto la política exterior comience a tener
signos de realismo internacional. Asimismo, deberá mostrar resultados concretos en los
indicadores del desarrollo humano y el bienestar de la población. Aquí entra en juego el
segundo pilar condicionante con capacidad de movilización y bloqueo de las políticas
anunciadas: los sindicatos y las organizaciones sociales. En este sentido, es necesario ser
conscientes que, en la historia de la humanidad, nunca se retrocedió en los derechos adquiridos
por los sectores medios y populares. De aquí, que tanto el fin de las políticas en sí mismas,
como los costos que se generen en el tiempo de su implementación, pueden afectar su
legitimación y el apoyo ciudadano.
El tercer pilar, el establishment económico local, reclama cambios en la política económica que
están atravesados y unificados por una demanda contundente: la confianza en la estabilidad de
las reglas para invertir. En este sentido y en relación con el modelo económico, es fundamental
el rol de los Estados Unidos en el apoyo internacional en la resolución del problema permanente
de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
El cuarto pilar de la gobernabilidad que actúa en el país, pero que también se cimenta en el
exterior, es el acceso a los mercados de capitales. Aquí recordemos que el orden global también
se consolida en un equilibrio cuadrangular en los cuatro canales de financiamiento para el
desarrollo que hemos analizado precedentemente
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A partir de lo analizado de manera simplificada, cada una de las dimensiones deberá
fortalecerse de la siguiente manera:
En la dimensión política y coalicional, se propone establecer un Acuerdo para el Desarrollo
Inclusivo de una amplia base política-parlamentaria, que diseñe una política exterior como
expresión de ese modelo de crecimiento inclusivo, de largo plazo, sustentable en el tiempo y
ambientalmente compatible. Si bien en el momento presente, la dirección del gobierno electo se
inclina por un modelo mercado-céntrico, en el mediano plazo, este mostrará sus limitaciones
estructurales y la inviabilidad social.
En la dimensión económica, se deberá articular a los sectores tradicionales de la producción
agro-minera-exportadora a través de políticas públicas para generar exportaciones con valor
agregado con un traslado de sus dividendos a una incipiente pero definitiva industrialización de
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El Build Back Better World Partnership y el Americas Partnership for Economic Prosperity de los
Estados Unidos; el Global Gateway de la Unión Europea; la Belt and Road initiative y el Asian
Infrastructure Investment Bank de China y el New Development Bank de los BRICS
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