Cuadernos de Política Exterior Argentina (Nueva Época), 138, diciembre 2023, pp. 139-142
ISSN 0326-7806 (edición impresa) - ISSN 1852-7213 (edición en línea)
Luego de realizar un minucioso análisis del sistema, que comprende la comparación con otros
sistemas, pasando por los antecedentes del sistema medieval europeo y la transición de este al
sistema internacional, el autor prosigue con la investigación del orden internacional.
En ese sentido, en el segundo capítulo se aborda al orden internacional y sus cambios. Aquí se
encuentra ampliamente detallada la descripción sobre la formación y evolución histórica de los
órdenes desplegados en el sistema internacional. Para el autor, la clave radica en que los órdenes
emergen como resultado de la institucionalización de las relaciones políticas en el derecho.
Oviedo busca establecer una clara distinción entre sistema y órdenes internacionales por tratarse
de dos categorías de análisis completamente diferentes e imposibles de intercambiarse entre sí.
Igualmente importante es entender el cambio de orden y los cambios en el orden, teniendo en
cuenta que ambos constituyen cambios en el sistema, sin constituir cambio de sistema. Para el
autor, distinguir el cambio de orden del resto de los cambios que ocurrieron en el devenir de
cada orden es vital y contribuye a enriquecer el debate contemporáneo de las relaciones
internacionales. En el transcurso del extenso capítulo se desarrollan exhaustivamente siete
momentos de cambios radicales acaecidos en la evolución histórica del sistema internacional
para configurar siete órdenes políticos: Orden de Westfalia, Orden de Utrecht, Orden de París,
Orden de Viena, Orden París-Washington, Orden Bipolar y Orden de Primacía Estadounidense.
El autor menciona que además de estos cambios de órdenes se registraron en el transcurso de la
historia otras alteraciones en las relaciones políticas que significaron un reposicionamiento de
las grandes potencias sin llegar a cambiar de orden. Hacia el final de dicho capítulo, el autor
hace mención a las categorías de Estados centrales, semi-periféricos y periféricos con el fin de
poder describir el auge y caída de las potencias, especialmente su paso de la semi-periferia al
centro o viceversa. De estas categorías se valdrá en los capítulos posteriores para explicar el
ascenso chino y descenso argentino.
Por último, en la conclusión de este apartado, el autor refiere a que la historia demuestra que las
configuraciones de los órdenes han cambiado luego de grandes guerras. Sin embargo, en el caso
de la implosión de la Unión Soviética se alteró esta constante, dando lugar a la opción de paz.
En este sentido se percibe un cierto optimismo ya que no sería ineluctable que, para transitar de
un orden a otro, haya necesariamente que recurrir a la guerra.
En el capítulo tercero se plantean las políticas exteriores de los Estados: los casos de China y
Estados Unidos. Para ello, el profesor Oviedo renombra y amplía los tipos propuestos por el
máximo exponente del realismo político, Hans Morgenthau, en pos de tornarlos compatibles
con las acciones de conservar el orden, revisar el orden (total o parcial) o cambiar el sistema.
Esta reformulación resulta sumamente interesante y será aplicada al comportamiento externo de
China desde inicios del siglo XXI. En el mismo apartado, el autor recurre a la analogía histórica
planteada por Jean Baptiste Duroselle, para a través del análisis de las políticas exteriores del
canciller Otto von Bismarck, el káiser Guillermo II y el cardenal Richelieu, dilucidar si las
mismas persiguen el objetivo de mantener el orden, cuestionar el orden o cambiar el sistema, a
las cuales se las denomina conservadoras, revisionistas y revolucionarias. Por último, una cuarta
acción es el decrecimiento de poder o política contractiva, que se desarrollará en el capítulo
quinto.
Además, en el tercer apartado se explica el tipo de política exterior impreso por la República
Popular China (RPCH), considerada por el autor como revisionista parcial, con elementos
conservadores y visión teleológica revolucionaria desde su formación en 1949. Es decir, China
viene llevando a cabo acciones conservadoras y la revisión parcial del orden para lograr su
unidad nacional, faltando Taiwán para concluir el proceso. En tal sentido, la RPCH lo ha
acometido sin cambiar ni de orden ni de sistema aunque se presenta como retador de Estados
Unidos, aspirando a modificar las relaciones internacionales en pos de configurar un nuevo
sistema. Avanzado el capítulo, nos encontramos con al interrogante clave de si China ha llegado
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