Cuadernos de Política Exterior Argentina (Nueva Época), 139, Junio 2024 – Pág. 28
ISSN 0326-7806 (edición impresa) - ISSN 1852-7213 (edición en línea)
2005). La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A. (CAMMESA)
─encargada de conducir el despacho nacional de cargas del sistema interconectado
nacional─ en el verano 2003-2004 informó la aparición de restricciones “inéditas” de gas
natural para las centrales eléctricas y su acentuación. Allí, advertía sobre la falta de
inversiones de parte de los operadores privados y su desfasaje con respecto a la expansión de
la demanda. De manera que era necesario disponer medidas de prevención a efectos de evitar
una “crisis” de abastecimiento interno (Sabatella, 2021, p. 128).
Evidentemente, dada la preponderancia (dependencia) del gas natural en la matriz primaria
de energía y su rol (dependencia) en la generación de electricidad en la matriz secundaria, la
insuficiencia en el suministro
13
tendría un claro impacto social, más aún en un contexto de
reactivación económica (aumento del consumo
14
). A los efectos de la hipótesis, este punto es
crucial pues es el catalizador que movilizó al gobierno a internalizar al problema como una
amenaza al “programa económico” y, por ende, a jerarquizar al tema como problema de
agenda. El gobierno de Kirchner, en el marco de una estrategia de desarrollo
neodesarrollista, propuso un programa económico que se distanciara de los parámetros de la
década anterior, caracterizados por el énfasis en las actividades especulativas, los amplios
márgenes de ganancias de los grupos concentrados, la desconsideración de la exclusión y
fragmentación social y el enorme e interminable endeudamiento externo, en gran medida
13
Cont y Navajas (2004, p. 12) se distancian de la lectura del gobierno argumentando que durante todo el primer
cuatrimestre de 2004 la oferta de gas natural contribuyó a descomprimir el desbalance energético, aportando
entre más de 400 y más de 600 millones de m
3
adicionales por mes respecto del año anterior, una cifra superior a
las adiciones de demanda y de exportaciones, aunque luego se atenúa en mayo y cambia de signo en junio. En
contraposición, el verdadero shock de oferta existió en la generación eléctrica de base. En efecto, la baja
hidraulicidad que venía sufriendo la Argentina restó entre 200 y casi 300 millones de m
3
(equivalentes de gas
natural) por mes durante en el primer cuatrimestre, alcanzando su pico en abril y luego revirtiéndose.
14
Diversos motivos se esgrimen al explicar el aumento del consumo: nivel de los precios finales de la energía,
el sobre equipamiento en el sector residencial de más altos ingresos, el pasaje de muchas industrias y
automovilistas al gas natural dado su precio casi cinco veces más barato que otros combustibles, entre otros.